EL ORIGEN DE LA CRUZ DE SANTIAGO
El catedrático de Historia del Arte de la USC Miguel Taín asegura que se desconoce el momento en el que se creó este símbolo que, como la vieira y la flecha, se asocia al Camino
Santiago | 17·09·23 | 06:00
La Cruz de
Santiago representada en una viera, otro de los grandes símbolos del Camino de
Santiago / jesús prieto
A día de hoy, pocos símbolos son
asociados en todo el mundo al Camino de Santiago como la
vieira, la flecha o la Cruz de Santiago. Esta última ha sido
investigada por algunas personas, pero ninguna de ellas ha conseguido descubrir
hasta la fecha el momento exacto en la que se crea. En cambio, sí se sabe
dónde nace, en el seno de la Orden de Santiago, una orden militar
surgida en el S. XII, en concreto en el año 1170 -aunque sus estatutos fueron
aprobados por el Vaticano en 1175-, con unas finalidades muy concretas: la
protección de los peregrinos que recorrían el Camino de Santiago y la
conquista de territorios musulmanes en la Península Ibérica durante la llamada
Reconquista, siendo este último su principal cometido.
Origen de la Cruz de Santiago
Tal y como señala a EL CORREO GALLEGO el
catedrático de Historia del Arte de la Universidade de Santiago de
Compostela (USC) y director de la Cátedra del Camino de Santiago de la
USC, Miguel Taín Guzmán, los textos de la Orden de Santiago establecían que los
caballeros militares que la conformaban debían tener un origen noble e,
incluso, eran sometidos a un expediente de limpieza de sangre para
corroborarlo. También tenían que grabar en su pecho una cruz que, con el
tiempo, dio origen a la Cruz de Santiago que conocemos hoy en día, un símbolo
en forma de espada de color rojo que, según cuentan los impresos antiguos -al
menos los pertenecientes a la época del Barroco (S. XVI y S. XVII)-, se
debe a la forma en la que perdió la vida el Apóstol Santiago, quien fue
decapitado en Jerusalén por la espada de Herodes Agripa.
“La forma de espada alude al
martirio de Santiago el Mayor, mientras que el color rojo se vincula a la
sangre derramada por el apóstol”, destaca Miguel Taín Guzmán, quien añade que
la espada que simboliza la Cruz de Santiago cuenta con varios remates a modo de
elemento decorativo, tanto en los laterales como en la zona superior, que
derivan de la flor de lis, una figura heráldica asociada a la nobleza y la
realeza que representa valores como el honor y el respeto y que fue muy
utilizada durante el Barroco.
Reconocimiento del símbolo
Precisamente, como bien cuenta Taín
Guzmán, es en esta época cuando la Cruz de Santiago adquiere una gran fuerza y
el momento en el que probablemente se creó tal y como la conocemos hoy en día.
“Se trata de una cruz con un aspecto muy barroco. Aun así se desconoce el
contexto en el que ésta surge y no se sabe con certeza cuándo nace
porque nadie ha estudiado con profundidad esta cuestión”, declara.
Curiosamente, esa gran fuerza que coge
la Cruz de Santiago se produce en una época en la que la Orden de Santiago ya
no cuenta con el protagonismo de antaño. “Ya no hay ningún reino musulmán que
conquistar en la Península Ibérica. Por lo tanto, la Orden de Santiago es más
simbólica que otra cosa, es casi como un lobby de la nobleza que está
ahí, algo honorífico sería la palabra correcta para describirlo. La Cruz de
Santiago era durante el Barroco un ascensor social y, como se exigía a todos
los miembros de la Orden de Santiago limpieza de sangre, esta se incorporó al
escudo nobiliario de numerosas familias vinculadas a la orden a lo largo y
ancho de la Península. Por eso existen tantos escudos de casas gallegas
y casas españolas con la Cruz de Santiago. Incluso, en el cuadro de Las
Meninas, se puede apreciar a Diego Velázquez con la Cruz de Santiago grabada en
el pecho, porque se señala Miguel Taín Guzmán.
Pero la Cruz de Santiago no solo era un
símbolo de poder durante los años del Barroco, también se convirtió en un
símbolo de defensa de la fe en un momento en el que surge un nuevo
enemigo del catolicismo, el Imperio Otomano. “Hay un nuevo enfrentamiento
en Europa que se produce contra los otomanos, quienes consiguieron llegar hasta
las puertas de Viena, lugar en el que si no llegan a ser derrotados
Europa sería muy diferente. De ese enfrentamiento nació el Santiago
trataba de un símbolo que era considerado un ascensor social”, Caballero que
podemos observar en el baldaquino de la Catedral de Santiago, que no Santiago Matamoros
como muchos piensan, porque en este momento no se lucha contra los moros sino
contra los otomanos”, comenta el catedrático Miguel Taín Guzmán.
Además, la Cruz de Santiago se
convirtió entre los siglos XVI y XVII en un símbolo xacobeo que ha
llegado hasta nuestros días y que se puede apreciar decorando importantes
lugares de la ciudad del Sar como la Torre del Reloj, que se construye a
finales del S. XVII, o la Capilla del Pilar, datada de principios del S. XVIII.
Una cruz con mucha historia, muy vinculada a Santiago y a la cultura gallega y
de la que, por desgracia, aún se desconoce cómo y cuándo surge.