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jueves, 21 de septiembre de 2023


EL ORIGEN DE LA CRUZ DE SANTIAGO

El catedrático de Historia del Arte de la USC Miguel Taín asegura que se desconoce el momento en el que se creó este símbolo que, como la vieira y la flecha, se asocia al Camino

Rodrigo Paz

Santiago | 17·09·23 | 06:00

La Cruz de Santiago representada en una viera, otro de los grandes símbolos del Camino de Santiago / jesús prieto

A día de hoy, pocos símbolos son asociados en todo el mundo al Camino de Santiago como la vieira, la flecha o la Cruz de Santiago. Esta última ha sido investigada por algunas personas, pero ninguna de ellas ha conseguido descubrir hasta la fecha el momento exacto en la que se crea. En cambio, sí se sabe dónde nace, en el seno de la Orden de Santiago, una orden militar surgida en el S. XII, en concreto en el año 1170 -aunque sus estatutos fueron aprobados por el Vaticano en 1175-, con unas finalidades muy concretas: la protección de los peregrinos que recorrían el Camino de Santiago y la conquista de territorios musulmanes en la Península Ibérica durante la llamada Reconquista, siendo este último su principal cometido.

 

Origen de la Cruz de Santiago

Tal y como señala a EL CORREO GALLEGO el catedrático de Historia del Arte de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) y director de la Cátedra del Camino de Santiago de la USC, Miguel Taín Guzmán, los textos de la Orden de Santiago establecían que los caballeros militares que la conformaban debían tener un origen noble e, incluso, eran sometidos a un expediente de limpieza de sangre para corroborarlo. También tenían que grabar en su pecho una cruz que, con el tiempo, dio origen a la Cruz de Santiago que conocemos hoy en día, un símbolo en forma de espada de color rojo que, según cuentan los impresos antiguos -al menos los pertenecientes a la época del Barroco (S. XVI y S. XVII)-, se debe a la forma en la que perdió la vida el Apóstol Santiago, quien fue decapitado en Jerusalén por la espada de Herodes Agripa.

“La forma de espada alude al martirio de Santiago el Mayor, mientras que el color rojo se vincula a la sangre derramada por el apóstol”, destaca Miguel Taín Guzmán, quien añade que la espada que simboliza la Cruz de Santiago cuenta con varios remates a modo de elemento decorativo, tanto en los laterales como en la zona superior, que derivan de la flor de lis, una figura heráldica asociada a la nobleza y la realeza que representa valores como el honor y el respeto y que fue muy utilizada durante el Barroco.

Reconocimiento del símbolo

Precisamente, como bien cuenta Taín Guzmán, es en esta época cuando la Cruz de Santiago adquiere una gran fuerza y el momento en el que probablemente se creó tal y como la conocemos hoy en día. “Se trata de una cruz con un aspecto muy barroco. Aun así se desconoce el contexto en el que ésta surge y no se sabe con certeza cuándo nace porque nadie ha estudiado con profundidad esta cuestión”, declara.

 

Curiosamente, esa gran fuerza que coge la Cruz de Santiago se produce en una época en la que la Orden de Santiago ya no cuenta con el protagonismo de antaño. “Ya no hay ningún reino musulmán que conquistar en la Península Ibérica. Por lo tanto, la Orden de Santiago es más simbólica que otra cosa, es casi como un lobby de la nobleza que está ahí, algo honorífico sería la palabra correcta para describirlo. La Cruz de Santiago era durante el Barroco un ascensor social y, como se exigía a todos los miembros de la Orden de Santiago limpieza de sangre, esta se incorporó al escudo nobiliario de numerosas familias vinculadas a la orden a lo largo y ancho de la Península. Por eso existen tantos escudos de casas gallegas y casas españolas con la Cruz de Santiago. Incluso, en el cuadro de Las Meninas, se puede apreciar a Diego Velázquez con la Cruz de Santiago grabada en el pecho, porque se señala Miguel Taín Guzmán.

Pero la Cruz de Santiago no solo era un símbolo de poder durante los años del Barroco, también se convirtió en un símbolo de defensa de la fe en un momento en el que surge un nuevo enemigo del catolicismo, el Imperio Otomano. “Hay un nuevo enfrentamiento en Europa que se produce contra los otomanos, quienes consiguieron llegar hasta las puertas de Viena, lugar en el que si no llegan a ser derrotados Europa sería muy diferente. De ese enfrentamiento nació el Santiago trataba de un símbolo que era considerado un ascensor social”, Caballero que podemos observar en el baldaquino de la Catedral de Santiago, que no Santiago Matamoros como muchos piensan, porque en este momento no se lucha contra los moros sino contra los otomanos”, comenta el catedrático Miguel Taín Guzmán.

Además, la Cruz de Santiago se convirtió entre los siglos XVI y XVII en un símbolo xacobeo que ha llegado hasta nuestros días y que se puede apreciar decorando importantes lugares de la ciudad del Sar como la Torre del Reloj, que se construye a finales del S. XVII, o la Capilla del Pilar, datada de principios del S. XVIII. Una cruz con mucha historia, muy vinculada a Santiago y a la cultura gallega y de la que, por desgracia, aún se desconoce cómo y cuándo surge.

 


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Pontevedra

DIA de UVAS e MILLO

“Dise que no seu peregrinar por terras galegas, o Apóstolo Santiago fixo unha parada nunha casa situada na Santiña, próxima a ponte do Burgo. En agradecemento pólas atencións recibidas, cando se despediu dixo aos propietarios que o terreo que forma parte da casa que lle deu hospedaxe que este campo sería o que daria os primeiros froitos e que madurarían o dia que se conmemorase o seu morte. O ´milagre´ parece ser que se produciu segundo as indicacións do santo, xá que os froitos maduran antes do tempo no terreo onde di a tradición que descansou Santiago. Desde entón , a devoción foi en aumento e todos os anos se recorda este feito cunha procesión na que a imaxe sae da igrexa a ombros dos fieis e fai unha parada no terreo no que a tradición di que descansou o Apóstolo.Unha vez alí un dos membros da familia coloca um acio de uvas e unha rama de millo a xeito de ofrenda. A imaxe do santo regresa logo á igrexa, aínda que antes os asistentes son invitados a viño e rosca, como é tradicional.” ( Diário de Pontevedra 24/7/2011)

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Flecha Amarilla

Flecha Amarilla

LA FLECHA AMARILLA, LA FLECHA DE LA SOLIDARIDAD

LA FLECHA AMARILLA, LA FLECHA DE LA SOLIDARIDAD

Bajo la flecha amarilla no figura logo alguno, ni de empresas ni de instituciones: su único patrocinador ha sido la solidaridad. Por eso es una marca sencilla, sin pretensiones, elaborada con pintura barata de un modesto amarillo que no ha querido hacerse de oro en ese gran negocio colectivo que tienta todo lo vinculado con la Ruta Xacobea. Simplemente está ahí, trazada no se sabe por quién, en todos aquellos lugares donde los peregrinos corren riesgo de despiste.



Elías Valiña, cura de O Cebreiro, fue el inventor de la marca, pero lejos de reclamar derechos de autor, los suyos han recibido como herencia la obligación de mantener la flecha. Pilar A. Valiña (Sarria, 1955), su sobrina, habla orgullosa de ese legado: "En sus últimas voluntades, pidió a la familia que nos encargásemos de la señal". Y así lo hacen, con la colaboración de las asociaciones de amigos del Camino.



Elías Valiña fue destinado como párroco a O Cebreiro en 1958. El sacerdote llegó a una casa rectoral en muy mal estado que hacía las veces de hospedería, y oficiaba en un templo con suelo de madera. Valiña hizo la tesis sobre el Camino de Santiago, lo que despertó su interés por la ruta.



Elías Valiña impulsaba cambios desde la aislada Pedrafita que se extendían a toda la ruta. En sus conversaciones con los peregrinos, recibía quejas sobre lo difícil que era no perderse, por lo que decidió tomar cartas en el asunto. Compró a bajo precio pintura sobrante de las obras de señalización de carreteras, cargó los botes en su coche un dos caballos Citroën y partió hasta Roncesvalles, (de ahí el color amarillo). Luego, desde Saint Jean Pied de Port, regresó por el Camino Francés, parando en todos aquellos lugares donde uno podía dudar y tomar la senda equivocada. En ellos, pintaba una flecha amarilla, volviendo todos los años a hacer el viaje para repasar las marcas.



Durante años, Elías Valiña dedicó todos sus esfuerzos al Camino. De su mano nacieron muchas asociaciones de amigos del Camino, que hoy colaboran en la conservación de la flecha amarilla. Pero han surgido, además, los que no colaboran: la flecha ha sido víctima de la picaresca, y no falta quien imita la señal cambiando la dirección para desviar a los caminantes a mesones y hospedajes.



La flecha amarilla se convirtió en el símbolo de los peregrinos del Camino de Santiago y hoy podemos verla en muchos lugares de Europa, por donde pasa un Camino hacia Santiago.